Desde sus principios hasta este día, la propaganda fué fuente de incontables críticas. Los críticos de la propaganda apuntan que manipula voluntades para hacer pretensiones. En otras expresiones, la propaganda engaña a la gente a fin de que adquieran lo que no precisan.
No obstante, entendemos ya hace prácticamente un siglo (más que nada merced a los estudios completados por la teoría crítica alemana) que el poder de la propaganda no es el de una jeringa hipodérmica. Los espectadores tienen la posibilidad de discernir lo que ven y no apurarse a obtener el producto toda vez que ven su aviso. Una inmensidad de componentes juegan entre el estímulo y la contestación, entre los mucho más esenciales están la civilización, el contexto y la ideología.
Avance del análisis crítico de la propaganda
En el momento en que hemos comprendido tanto el término de propaganda como el de análisis crítico de la propaganda, debemos adentrarnos considerablemente más en de qué forma efectuar el análisis.
- Evaluación del contexto. Antes de seguir a la elaboración o análisis crítico de cualquier aviso, es requisito tener en consideración que se tienen que contestar cinco cuestiones fundamentales: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde? ¿y como? Según el género de aviso, responderán con expresiones, movimientos o sencillamente imágenes o dibujos.
- Descripción. Antes de ingresar de lleno en el concepto de la propaganda, si se desea llevar a cabo un análisis crítico de la propaganda, hay que describirla señalando cada elemento que formará esa propaganda:
Greenwashing
Es aquella propaganda que señala tener un encontronazo ambiental bajo o nulo, con la intención de fomentar la conciencia ambiental y fomentar el consumo de un preciso producto.
La utilización de botellas reciclables estimula el consumo del agua que poseen, y si bien no ocasionan exactamente el mismo daño ambiental que el plástico, detallan precisamente que no son completamente biodegradables.