La sociedad actualizada está inmersa en la tecnología. Nos encontramos pegados a los teléfonos capaces y los gadgets. Hay una app para todo, aun para socializar. La conexión humana se ha achicado a expresiones y también imágenes en un display en vez de una comunicación frente a frente con cuentas como Instagram, Fb y Twitter. Más allá de que son entretenidos y recomendables, los efectos positivos y negativos alcanzan para proponer una pregunta: ¿las comunidades son saludables para el cerebro?