Hubo un tiempo en que la propaganda era, en esencia, un negocio un tanto belicoso, donde vender era el único propósito y las tácticas para conseguirlo presionaban a la sociedad de consumo que, de un instante a otro, veía él mismo mucho más bien atacado que persuadido. Fue entonces en el momento en que evolucionó la propaganda, y en este momento, desde el momento en que decides estudiar propaganda hasta el momento en que la practicas en tu carrera, la comprendes como un desarrollo que debe cautivar, no forzar.